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Más que defensa, Contragolpe. Más que protección, Transformación. Escrita por Augusto Appiani y Fede


Las presentes líneas son una reflexión del fenómeno reciente que es la manifestación digital de cientos de miles de argentinos en cuanto a su defensa en la educación pública. La campaña comenzó hace algunos días. A partir del día Martes se viralizó en virtud del comienzo de la 3º semana de cese de actividades docentes en 57 universidades públicas. También se están calentando motores para una marcha en la Capital Federal para el día de mañana que promete ser masiva. En primer lugar es esperanzador tener la pantalla cargada de perfiles con publicaciones vinculadas a la temática. Para los que somos militantes, observar a los famosos “independientes” poniéndose una camiseta (aunque sea digital) es una caricia al alma. Al fin y al cabo, pensamos, ¡No estamos solos! No obstante, no podemos olvidar que hace tan solo 3 años el panorama era absolutamente diferente. Y esto no puede ser objeto debate, es la realidad pura. Durante el gobierno kirchnerista los salarios docentes aumentaban todos los años superando ampliamente la inflación, había presupuesto para infraestructura, financiamiento a la investigación y programas de becas. Todo esto, y otras cosas mas que hoy desaparecieron. ¿Cómo puede ser semejante retroceso? Evidentemente la Universidad pública y gratuita que todos dicen defender, en aquella coyuntura electoral no estuvo a la altura de la circunstancias. Los centros de estudiantes, en su mayoría atomizados y desideologizados, observaron el proceso político Kirchnerista con indiferencia, y hasta los más extremos (al igual que los extremos de derecha) movilizaron contra el gobierno que más había dado a la educación pública en los últimos 50 años. Las movilizaciones de docentes en favor de la continuidad del proyecto que comenzó en 2003, fueron escasas. De parte de las autoridades, un silencio atronador. Es más, hubo funcionarios universitarios que presionaron a los activistas para que en sus respectivas Casas de Estudios no haya manifestaciones públicas en favor de la alternativa del Frente para la Victoria. Esto que está sucediendo, ¿a quién sorprende? Macri dijo esto: https://www.youtube.com/watch?v=GfYlH8ZctlE en una reunión pública. Es decir, no se trató de una operación políticas de cámaras ocultas donde se filtró el video. Fue de frente mal, como se suele decir. La Universidad argentina, como toda institución, es clara oscura. No debemos olvidar el apoyo a los golpes de estado de 1930 y 1955 por parte de la institucionalidad universitaria. También debemos reflexionar sobre el grado de indiferencia que tuvieron las universidades nacionales clásicas (UBA, UNL, UNC, UNM, UNR, ETCETERA) frente al gobierno kirchnerista que año a año aumento los presupuestos universitarios de manera inaudita, y de parte de la institución no existió reciprocidad política con aquel proyecto que hoy tanto extrañamos. La única forma de salir, siempre es para adelante. Pero para salir, debemos preguntarnos por qué llegamos aquí. La intención de esta carta abierta es resaltar las falencias de la Universidad Pública, para que su defensa sea aprovechada para que la transformemos, y que nuestra educación pública sea un foco de irradiación de cultura nacional y defensa de los intereses de las mayorías. Alguna vez el hoy jubilado profesor Víctor Corvalan dijo que nuestro sistema educativo era esquizofrénico. El querido maestro citó como ejemplo la formación de contadores en la educación pública: por un lado se les enseña a los estudiantes técnicas de elusión fiscal pero por otro la financiación de esa institución depende de la recaudación del Estado. Situados en nuestra carrera de abogacía, cabe preguntarnos si hoy nuestra Facultad prepara juristas con conciencia en la democratización del poder judicial o repite lógicas corporativas del derecho y del poder judicial en favor de minorías poderosas. Que la crisis actual nos sirva para interperlarnos en nuestras prácticas cotidianas Por lo tanto, el proceso político de CAMBIEMOS atraviesa a la sociedad argentina en su enorme contradicción. Y como parte de esa sociedad, la Universidad es parte de esa ambivalencia de ser gobernada por un grupo de CEO’S por omisión de tener al neoliberalismo fuerte e imperante en Argentina y América Latina. A la par del sentimiento expresado anteriormente, atraviesa el recuerdo de determinadas coyunturas históricas recientes donde desde algunos espacios se advertía que el pasado estaba a la vuelta de la esquina. Hubo dos modelos en pugna, uno que pretendía seguir apostando a la inclusión social y distribución de la riqueza teniendo a la educación en todos sus niveles como pilar fundamental y otro que absolutamente opuesto, que tiene como bandera la concentración de la riqueza y el achicamiento del estado. La educación no queda exenta de este recorte, por eso se ven las tristes circunstancias que estamos viviendo. Los que pensábamos y queríamos continuar con un modelo de país con una educación pública gratuita y de calidad, muchas veces hemos sido fustigados y acusados de sectarios, cerrados y otras cuestiones que con el paso del tiempo han quedado como mínimas frente a los problemas estructurales actuales. Aquel domingo del 2015, luego del proceso eleccionario con la suerte echada nos tocó salir de las escuelas donde fiscalizábamos con rostros de tristeza, sabiendo que todo lo conseguido en materia educativa iba a ser uno de los tantos puntos que sufrirían algún tipo de recorte. Nosotros sabíamos y anticipamos que el pueblo estaba yendo en contra de sus propios intereses. En aquél fatídico domingo no comprendíamos como la gente hacía normalmente sus cuestiones, la gente trotaba, paseaba al perro y estaban muy serenos, ajenos a la cuestión política pensando que a ellos las medidas de ajuste no les llegarían, se mostraban increíblemente ajenos al proceso electoral. Diferentes a nosotros, que como militantes comprometidos presagiábamos lo que se venía y realmente hicimos carne la derrota electoral a manos de la oligarquía nacional. En tiempos de corrección política en la cual nunca es recomendable decir lo que se siente sino lo que conviene, nos invade la nostalgia de pensar si esta marea digital en defensa de la educación pública hubiese anticipado la debacle que se venía. Muchos en la comunidad educativa no se dieron cuenta de la Argentina que se venía, mientras otros hacíamos denodados esfuerzos por defender lo conseguido. Esto nos obliga a interpelarnos sobre como nos formamos en la universidad, nos obliga a repensar los planes de estudios, nos obliga a repensarnos como estudiantes, docentes, tiene sentido que la universidad haya estado al margen del proceso de ampliación de derechos mas importante en muchos años? Para nosotros la respuesta es que no, consideramos que la universidad debe estar conectada con la realidad social, generando un nexos permanentes entre el pueblo y las universidades. Pasados ya 3 años de esta gestión que ajusta y saquea brutalmente el Estado, con palpables diferencias al modelo anterior de inclusión social el balance es que la universidad no ha estado a la altura de las circunstancias. La institución se mantuvo al margen de la coyuntura electoral que permitió que gane el modelo neoliberal que cree en la educación como una mercancía, desfinanciando las 57 universidades y poniendo en jaque a la educación pública, gratuita y de calidad que tanto esfuerzo costó conseguir. Para nosotros la universidad debe ser transformada, no debemos quedarnos en “defenderla” debemos involucrarnos en ella para que no nos vuelva a pasar lo mismo. La transformación implica mas que una defensa, implica un compromiso y una retribución frente a los embates que corren por estas épocas. Para nosotros, la manera de involucrarse y contragolpear es pensar situadamente. Sabemos que estamos en Latinoamérica, región donde el imperialismo construye la subjetividad con el objetivo político de desviar a atención de la masa de la población hacia aspectos poco trascendentales. Esta subjetividad colonial intenta que no pensemos en la economía, en el bienestar de la población. Intentar desviar el foco en otras cuestiones poco trascendentales para la vida de una sociedad. El poder judicial, como órgano estatal no democrático colabora para que nuestra subjetividad siga colonizada, consideramos que debemos repensar y democratizar la justicia, repensar la universidad y sobre todo involucrarnos todos en cuestiones trascendentales que empeoran nuestra calidad de vida. Consideramos que nuestra universidad debe ser gratuita, de calidad y no nos alcanza con defenderla, hay que construirla.


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